domingo, 22 de mayo de 2011

Capítulo 2: Dr G por Victoria

El primer mes de relación fue soñado. Los días de ese Enero transcurrieron en otro mundo.
No es necesario hacer demasiados esfuerzos para ganar el corazón de una persona carente de afecto y esto el Dr. G lo sabía y lo aplicaba en cada detalle. Hablábamos de todo, compartíamos todo el tiempo que podíamos juntos y él se encargaba de apurarse en todo. Me asustaba oír de su boca frases incomprensibles como que quería hijos conmigo, lo divertido que sería contarles a nuestros nietos la historia de cómo nos habíamos conocido. Era un hombre aparentemente enamorado y no lo ocultaba. A mí me costaba soltarme del todo, creerle, ya que no es sencillo discernir si es real o no cuando las cosas marchan tan pero tan bien.
Con el correr de los días de ese verano logré enamorarme completamente de él. Y cuanto más le demostraba mi amor, más lejos lo sentía. Él estaba pasando por un momento difícil ya que su ex novia, quien lo había maltratado mucho, según él, se casaba con otro. Y si bien él no quería ocupar un lugar en su vida, hubieron algunos meses en donde los fantasmas de esta mujer (palabra que él utilizó) lo atormentaban. Decidí ser paciente, entenderlo, apoyarlo en un momento difícil ya que ese hombre al que yo quería cuidar para siempre, había sufrido mucho, y creí que era tiempo de AGUANTAR algunas cosas, por el bien de ambos. Entonces había momentos en donde no podíamos tener relaciones sexuales porque su mente estaba en otro lado. No fueron muchas veces, pero creí que parte de querer a alguien era también ayudar a combatir sus demonios pasados. ESE FUE MI PRIMER ERROR.
Los días pasaban y él había cambiado mucho, el trabajo lo agobiaba, no tenía deseos de estar con nadie y me contaba que solamente yo lograba llamarle la atención en todo ese mundo de cosas feas que lo rodeaban. Las salidas se reducían a que yo lo visitaba en su casa los sábados (porque en la semana estaba muy complicado de tiempo) y realmente yo lo hacía con gusto, yo amaba a ese hombre que tanto había sufrido, aunque nunca llegó a contarme puntualmente qué era lo que le habían hecho para transformarlo en alguien así. Todos los sábados durante muchos meses yo iba a su casa, feliz, porque creía que en algún momento el malestar en su vida iba a pasar y por esas certezas baratas que tenemos las mujeres de creer que un hombre puede cambiar y que solo necesita amor, etc., tomé el mando de esa batalla y me dispuse a vencer sus demonios.
Nunca necesité grandes escenarios para estar cómoda con él, tenemos gustos muy parecidos y yo soy una persona sencilla, con lo cual el plan de ver una película en su casa todos los sábados para mí era tiempo valioso al lado del hombre querido. Esa teoría no me duró demasiado tiempo, y empecé a pasar facturas cuando creí que tenía el derecho a hacerlo.
Traté de entenderlo en todo, traté de amoldarme cuando surgió un nuevo fantasma “no le gustaba que lo toquen”. Con lo cual el contacto físico se reducía a mimos cuando el tenía disponibilidad, y sexo cuando terminaba cada película que veíamos en su proyector cada sábado. Durante la semana yo hacía el esfuerzo de seguir siendo una persona que no era, y me amoldaba a sus ganas. Los días en los que estaba de humor había mensajes y mails muy lindos que siempre voy a recordar. No había llamados, no sé por qué pero era una condición más para estar a su lado, no romperle demasiado las pelotas.
Yo no dudaba de su fidelidad, lo peor de todo es que tengo la seguridad de que mientras estuvo conmigo jamás pensó en estar con otra persona. Digo que es lo peor de todo, porque con el tiempo me di cuenta que este hombre es ASI sin muchas más explicaciones, no había terceras en discordia, el ERA ASI.
Para resumir más de dos años de esta historia puedo decir que jamás me saludó para mis cumpleaños, que en cada uno de sus cumpleaños siempre hubo algo que hice mal y merecí su desprecio. Como querer verlo ese día, o querer acercarle un regalo, para él era “romperle las pelotas” porque para él era un día mas.
En los dos viajes que hicimos juntos volvimos peleados. En el primero, se le ocurrió volver a enamorarse perdidamente de mí en La Paloma, Uruguay, y hablaba de hijos y de nietos, pero en el viaje de vuelta se le ocurrió inventar que yo lo había hecho seguir con un investigador privado. Todas estas conjeturas las sacó oyendo que por teléfono yo dije la palabra FOTO conversando con un compañero de trabajo. En el segundo viaje, que propuse yo, estuvo completamente ausente, pasaba las noches despierto jugando con si celular de última generación mientras a mi me vencía el sueño, y ya no me daba el cuerpo para hacerle compañía en su raro entretenimiento. Llore a escondidas todos los días que duró el viaje, y entendí que ese hombre nunca estuvo ni estará conmigo cuando desayunando juntos me preguntó porqué no retomaba mis estudios universitarios, y le conté que no me alcanzaba la plata, ya que trabajando todo el día y manteniendo mi casa más la materna me era imposible, entonces me dijo que no me preocupe, que yo era brillante y que cuando conociese al hombre indicado, ese hombre me iba a ayudar y yo podría volver a estudiar.
Mentiría si dijese que el me hizo algo que yo no estaba dispuesta a permitir o si lo condenase como una mala persona. Muchas veces fui hiriente con él, cuando ya no soportaba tanto desprecio me enojaba y le mandaba mails con palabras hirientes. Entonces se enojaba y me ignoraba por varios meses. Mientras yo me dedicaba a recuperarlo, a pedirle perdón por haber desobedecido o por haber reaccionado mal. Siempre volvía, siempre volvíamos.
La culpa de haber tenido una reacción furiosa ante sus incesantes humillaciones, no me permitía ver que nos estábamos haciendo demasiado mal. Me culpaba y me convertía una vez mas en alguien sumiso, en una mujer sin voluntad, y volvía al circulo vicioso de esperar sus mensajes, sus días disponibles, sus ganas de tener relaciones, soportaba que me deje plantada 10 minutos antes de la hora programada, permití que haga de mi lo que le plazca.
Yo tenía todas los indicios de que este hombre no me amaba, pero así y todo, me aferré a la nada misma y me convencí de que yo iba a recuperar al hombre tierno, amoroso y normal que había conocido una vez, y que tan sólo con mirarme me hacia feliz.
Hace un par de meses volvió. Volvió asumiendo que me usó, que me hizo mucho mal, y prometiendo que si yo no volvía a enojarme con él y a decirle cosas feas, el podría intentarlo de nuevo.
Es muy difícil comer mierda sin que te quede un gusto feo en la boca, con lo cual ante los primeros indicios de que este hombre pretendía que yo vaya de madrugada a su casa a ser su geisha, mi cabeza dijo basta y nos separamos una vez más.
El me dice que yo lo obligo a ser un hijo de puta y que necesito sufrir para reorientarme, que tal vez en algunos años yo pueda estar bien, pero que por el momento no queda nada entre nosotros. Se encargó de contarme que está conociendo a alguien, que según él lo trata como corresponde y que no me quiere, que me odia, que desea con todas sus fuerzas que yo desaparezca de esta tierra.
Pasé por muchísimas cosas con y por él. Las consecuencias fueron tres sesiones semanales de terapia. Para tratar de entender por qué me someto a hombres maltratadores. Por qué no puedo hacer lo que haría una mujer normal y que se quiera y se cuide y huir ante el primer síntoma de maltrato.

Hoy paso mis días rodeada del amor incondicional que me da “Lupita”, mi perrita de cinco meses, y sueño con conocer a un hombre bueno y que me quiera. Sé que cometí muchos errores con Gabriel, y el mayor de ellos fue hacer oídos sordos al primer indicio de que este hombre tenia serios problemas. La primera vez que tuvimos relaciones sexuales, a una semana de haberme hecho un aborto, como ya lo he contado en el capitulo anterior, terminamos de hacer el amor y me dijo “ vos sos medio milanesas con papas fritas no?” Tal vez mi falta de hazañas sexuales en el primer encuentro lo llevaron a convencerse de que yo realmente era un pedazo de carne, al que había que comer o tirar. Y eso es lo que hizo. Y eso es lo que yo permití que haga.

El no es una mala persona, y si bien conmigo fue un verdadero hijo de puta, deseo que este donde este solo le pasen cosas buenas y sus días se pueblen solo de sonrisas. Le pido a Dios que lo ayude y que a mi no me desampare.
Puedo ser una milanesa con papas fritas, pero al menos hoy elijo quien me come y quien no. Antes no podía. Hoy sí.

A veces el final feliz sos vos sola, juntando los pedazos y empezando de nuevo.


3 comentarios:

  1. Gracias Victoria ! Dr G es un verdadero príncipe desteñido, qué será de su vida Dios sabrá, pero como te contesté en el mail estoy segura que algo bueno te va a llegar, estás hecha de buena madera.

    ResponderEliminar
  2. que bueno que pudiste despegarte de una persona asi y darte cuenta de lo que esta mal! algun dia encontraras a esa persona con la que puedas tener una relacion sana y con felicidad.

    ResponderEliminar
  3. Gracias x sus palabras chicas. Vamos juntas x el sindicato de las princesas del reino desteñido! Este espacio es de todas, sigamos construyendo un espacio común donde encontrarnos, apoyarnos y hasta reírnos de algunas experiencias. Victoria

    ResponderEliminar